lunes, 10 de agosto de 2020

FURANCHO LAR DE MORAR

LAR DE MORAR, no es el típico furancho. El edificio principal es una casa rural y nada mas pasar la puerta todo son sorpresas.

La zona ajardinada, que es lo primero que uno se encuentra, ya es toda un sorpresa. No pudimos verlo bien hasta el final porque había una celebración de un bautizo y estaba todo lleno.

Pasamos al interior y la sorpresa es monumental, pero mejor verlo...
Nos recibe uno de los dueños muy amable y nos acompaña hasta la mesa que teníamos reservada, mesa que te dejaba con la boca abierta y que ya solo eso valía la pena aunque no comiéramos, fue todo un privilegio...

Una vez recuperados del asombro, pedimos y para la espera, un queso de untar como aperitivo, acompañado del vino que nos sirvieron (el vino no era el fuerte en este caso).

A continuación nos llegaron los platos que habíamos pedido, una ensalada de tomate espectacular, una tortilla de patata de lo mejor que he probado y las lambiscadas, que son una especie de buñuelos de bacalao espectaculares y que llenan un montón.
El dueño muy atento, nos pregunta qué nos ha parecido el sitio y que luego podemos ver bien el exterior, que ya iban a entrar en el comedor la gente del bautizo, preguntando también por la comida. "Todo muy rico, pero hay que dejar hueco para el postre..." y entonces llegó la SORPRESA !!!.

NO HABÍA POSTRE!!!!! Te ponen un trocito de bollo para terminar, que aprovechamos para acompañar al café. 

La verdad es que este hecho supone que la comida no alcance la matrícula de honor y es una pena porque la  comida es excelente y un lugar que uno no encuentra a menudo como podéis observar...
El no haber postre hace que la cuenta no suba tanto y apenas tocamos a 10€ por persona, no hay mal que por bien no venga..., pero esto lo deberían de valorar.

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