Después de seguir los pasos de Isabel la Católica desde Madrigal de las Altas Torres hasta Arévalo, hacemos una parada para reponer fuerzas y continuar con la visita.
Cuando nos juntamos hace poco cuatro compañeros después de casi 30 años, Pablo nos dijo que la próxima sería aquí en Arévalo, donde él vive, pero no he podido esperar y he decidido venir a probar el tostón de El Figón de Arévalo.
Al llegar nos encontramos con una terraza cerrada y en el interior un comedor alargado con arcos de piedra en el techo. Nos atienden muy amablemente y nos acompañan hasta la mesa, donde nos dan indicaciones para descargarnos la carta.
Al llegar nos encontramos con una terraza cerrada y en el interior un comedor alargado con arcos de piedra en el techo. Nos atienden muy amablemente y nos acompañan hasta la mesa, donde nos dan indicaciones para descargarnos la carta.
Desde antes de ir ya tenía claro, y así lo reservé, que a Arévalo se va a comer tostón o cochinillo, como lo llame cada uno. La única duda era si cogíamos el menú turístico o el menú degustación, ambos llevan tostón. Nos decantamos por el segundo. No concibo, aunque es respetable, que como los de la mesa de al lado, se vaya a comer bacalao..., que no dudo que esté muy bueno, pero estamos en tierra de asado...
Nos trajeron el agua y el vino, un vino por cierto que no estaba nada mal, un VIZAR Tempranillo Ecológico Lías Finas, bebida que entraba en el menú degustación y para hacer más agradable la espera un aperitivo que era una especie de croqueta de morcilla.
El menú degustación tiene tres platos para compartir dos personas. Empezamos con las tostas de jamón ibérico, continuamos con el revuelto de morcilla con piñones y pasas, para terminar con el surtido de croquetas, que eran de queso de cabrales, jamón y bonito.
Para continuar, el "rey de la fiesta", cochinillo asado acompañado de una buena ensalada, que se notaba que eran productos de huerta y no de cámara.
En cuanto a los postres, tenemos para elegir entre la especialidad de la casa, que es el flan de queso, leche frita y torrija. Respiramos hondo, hacemos un "`pequeño" esfuerzo y nos decantamos por los dos primeros, las torrijas las dejamos para la próxima visita. Y para ayudarnos con los postres, nos sirven un licor de café.
Aquí podéis ver los menús, degustación 29,95€ y turístico 27€.
Menú Degustación Menú Turístico |
Y después, para bajar la comida un paseo por Arévalo, que de verdad me ha sorprendido y merece la pena de ver.
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