El Restaurante Mirasierra se encuentra en la localidad de Mogarraz, municipio de la provincia de Salamanca. Integrada en la comarca de la Sierra de Francia, se encuentra a medio camino entre Ciudad Rodrigo y Béjar y a 84 km de Salamanca capital.
Tuve la suerte de conocer el Restaurante Mirasierra en el año 90, en aquel momento un lugar más modesto del que se puede disfrutar a día de hoy, y me viene a la memoria la chimenea encendida con las brasas, sino me pasa una mala jugada la edad, jejeje. Después de recorrer muchos sitios en la sierra, sigue siendo mi lugar preferido y con diferencia donde mejor se come.
En la actualidad, todo el complejo tiene la típica arquitectura de las viviendas que se pueden disfrutar en la localidad de Mogarraz, la construcción serrana.
El restaurante está compuesto por tres comedores con mucha luz y piedra, destacando el salón que llaman "La Salita", donde se puede disfrutar de las maravillosas vistas de la sierra a través de sus grandes ventanales y también de un serie de cuadros con motivos de los pueblos serranos, obra del pintor local Florencio Maíllo.
Desde el primer momento que llegamos, el trato y la amabilidad fue exquisita por todas las personas del restaurante, a lo que hay que añadir una música de fondo que creaba un ambiente especial y cómodo para disfrutar en buena compañía.
Nos acompañaron a la mesa y nos tomaron nota de la bebida, mientras nos decidíamos entre la carta o el menú del día. Disponen entre semana de un buen menú del día por 20€ / persona, que fue por el que nos decantamos.
Comenzamos con un entrante, en esta ocasión un paté de hígado casero, acompañado de cebolla caramelizada.
Para entrar bien en materia un primer plato típico salmantino y contundente, Patatas Meneás, acompañadas por sus torreznos.
Como segundo, otro plato de comida típica por la zona, Carrilleras de ibérico al tomillo y rufete.
Después de coger un poco de aliento para disfrutar de los postres, disfrutamos de un Flan de huevo y mascarpone al caramelo de azúcar moreno y las Natillas de la matanza con su galleta crujiente.
Para ayudar a hacer la digestión, un rico anisete serrano, cortesía de la casa.
Aquí os dejo el menú de ese día, para que os hagáis idea del resto de las opciones.
No se puede uno ir sin visitar, antes o después de la comida, el municipio y contemplar la innumerable obra de este pintor, Florencio Maíllo, que tiene todas las fachadas decoradas con retratos de los vecinos. Para sus retratos, rescató del olvido las 388 fotografías que en 1967, tomó Alejandro Martín Criado para los carnets de identidad de los vecinos de esta localidad serrana.
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